La penúltima función del Teatro Chino
Digo la penúltima porque mi barman de cabecera me tiene terminantemente prohibido decirlo de otro modo. El caso es que la gira de este Teatro Chino, que tantos buenos ratos me ha traído, llega a su fin. Pero no solo acaba una gira, no sé muy bien como expresarlo.
Siempre supe que Madrid era el lugar, y lo sigo pensado. Llevo cuatro bonitos años por aquí, no sé si cumplí los objetivos o no, pero lo pasé muy bien. Di forma al proyecto que traje de Sheffield, vendí unos cuantos discos, toqué en las salas guapas de la capital, conocí a compañeros de gran talento y compartí con ellos, soné en radios, estreché la mano de algunos de mis ídolos y tomé copas con ellos (sentí su respeto), escribí algunas canciones más, las grabé y las toqué en los conciertos a los que habéis estado viniendo muchos de los que estáis leyendo esto ahora.
Como digo, sigo pensando que Madrid es el lugar, por eso sé que volveré. Pero de momento marcho, me voy, dejo la ciudad por un rato, no sé si lo necesito o simplemente lo quiero. Solo se trata de vivir, de seguir viviendo, para poder, a su vez, contarlo y cantarlo que es lo que más me gusta hacer. No hay más. Espero que a la vuelta aún estéis ahí, sería la hostia, pero ahora toca ir despidiéndose . Será el viernes 1 de Marzo, en la que ha sido mi casa durante este tiempo “Libertad 8”. Allí os espero, será bonito. Se os quiere.
Alberto Ballesteros.